Este 15 de noviembre, miles de personas, principalmente de la Generación Z o Gen Z, ocuparon las calles de las principales ciudades de Mexico, exigiendo la revocación de mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, responsabilizando a su gobierno del incremento de la violencia que azota diferentes regiones del país.
Esta movilización de la Gen Z se realizó de la mano de grupos y partidos de la ultraderecha, que tienen vínculos con empresarios, dueños de medios masivos de comunicación y monopolios, grupos y partidos de la derecha y la ultraderecha, que de manera oportunista se aprovechan de un hartazgo legítimo de la juventud.
Este grupo de adolescentes y jóvenes que nacieron entre 1997 y 2012, en medio de la abrumadora era digital, que al mismo tiempo que les permite acceder a una gran cantidad de información a través de las redes sociales, también son presas fáciles de la manipulación mediática.
El hartazgo legítimo de la Gen Z ante la exclusión del sistema
La incertidumbre de tener un empleo, un salario digno, una vivienda, salud, educación y seguridad social, además de la gran influencia de las redes sociales en el proceso de individualización de los jóvenes y adolescentes de hoy, está generando un profundo sentimiento de hartazgo con el estado actual de cosas.
Esta falta de expectativa de vida de la juventud que resulta de la exclusión del sistema capitalista-imperialista está incrementando la inconformidad de la generación Z, en México, igual que en otras partes del mundo.
El cuestionamiento al status quo, es una constante que se está convirtiendo en una ola que ya está recorriendo diferentes partes del mundo, pasando por Nepal, Madagascar, Marruecos, Perú y ahora llega a México.
La derecha se aprovecha de la falta de organización de la juventud
Esta ola de grandes levantamientos espontáneos de jóvenes que inclusive han logrado tirar gobiernos en otros países, con el apoyo de sectores del ejército, ondeando banderas de One Peace, fue manipulado por la oposición de derecha en México, para convocar la movilización de la Gen Z.
Los medios de comunicación como Televisión Azteca, cuyo dueño es uno de los hombres más ricos de México: Ricardo Salinas Pliego, promovió e hizo la cobertura de la movilización del 15 de noviembre como nunca lo ha hecho con las luchas de la clase obrera y los pueblos de México.
Se habla que millones de bots, financiados por grupos ultraderechistas, convocaron a esa movilización, que fue encabezada por connotados dirigentes de los partidos de derecha, como el Partido Acción Nacional (PAN), mientras que por parte de la Gen Z no hay ninguna organización, ningún dirigente ni vocero, que permitiera colocar las verdaderas preocupaciones de los jóvenes en esta manifestación.
Presencia de grupos fascistas y pro-estadunidenses
Es la primera vez que en México, con una movilización masiva en las calles sobresalen símbolos y consignas reaccionarias con la svástica del nazifascismo alemán de Adolfo Hitler, que diferentes medios de comunicación independientes registraron en la marcha del 15 de noviembre.
Otra cosa que no se había visto desde 1884, cuando los conservadores trajeron de Francia a Maximiliano de Habsburgo para que se le declarara emperador de México, el pasado sábado aparecieron banderas del imperialismo norteamericano.
Ya antes, en movilizaciones de la derecha en el estado de Michoacán, aparecieron pancartas pidiendo la intervención militar de Estados Unidos en México; ahora en las movilizaciones de la Gen Z, se repite, situación que debe preocupar seriamente al pueblo mexicano, porque entonces estas movilizaciones están conectadas o buscan conectarse con la amenazas de Donald Trump de intervenir militarmente México.
Gobierno mexicano contribuye a legitimar la ultraderecha
Durante los últimos siete años que lleva en el poder la autodenominada cuarta transformación (4T), la derecha y la ultraderecha pasaron a ser oposición y desde entonces buscan crecer su base social, usurpando las banderas históricas de la clase obrera y el pueblo mexicano.
En todo este proceso, esta oposición fascista-golpista, la reconoce la 4T, como la única oposición existente en el país, legitimando así su existencia y desarrollo; mientras tanto, múltiples sectores de trabajadores, campesinos pobres, indígenas están luchando por la defensa de sus derechos individuales y colectivos, igual que lo hacían durante los gobiernos del PRI y del PAN, sin embargo, no hay ninguna atención del gobierno actual.
Peor aún, la presidenta Claudia Sheinbaum pretende vincular a movimientos históricos como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) con la derecha mexicana, nada más falso; pero en cambio, confunde al pueblo y distorsiona la realidad, de la que seguirán aprovechando los grupos reaccionarios.
Así de complejo, se tornan los senderos de nuestra lucha y hay que seguirlas despejando…







