Con la llegada de las lluvias, los paisajes naturales de León se transforman en escenarios vibrantes ideales para el turismo de aventura. Desde cascadas renovadas hasta senderos entre encinos y mezquites, la ciudad ofrece opciones únicas para quienes buscan explorar el entorno con respeto y admiración.
Ubicada al oriente de la ciudad, la presa San Juan de Otates deslumbra con su cascada y su extensa superficie de 346 hectáreas, compartiendo protagonismo con las presas de La Laborcita y Duarte. Este sistema natural permite actividades como senderismo, fotografía y días familiares rodeados de vegetación exuberante.
En el norte de León, la presa El Tigre vuelve a recuperar su esplendor tras las intensas lluvias. Su cortina libera agua hacia el canal de la Sardeneta, creando un espectáculo visual. Además de ser un punto de contemplación, este lugar también permite la práctica de deportes y caminatas al aire libre.

Otro punto destacado es la Cañada de Alfaro, situada a solo 25 minutos del centro. Este espacio protegido, ideal para la escalada y el campismo, ofrece paredes naturales de hasta 60 metros y senderos rodeados de biodiversidad endémica.
Desde marzo hasta octubre, la vegetación de la región florece, con árboles como encinos, mezquites y diversas cactáceas, brindando un entorno colorido y saludable. La fauna local también puede observarse si se transita con silencio y respeto.
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Todas las actividades son gratuitas, aunque algunos servicios complementarios pueden tener costo según el proveedor local. Conectar con la naturaleza no solo renueva el cuerpo, también enriquece el alma.







