Representantes de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) determinaron retirar su plantón frente a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), tras nueve horas y luego de dialogar con autoridades.
Dicho plantón, instalado en la avenida Municipio Libre, fue en demanda de que la dependencia atendiera las necesidades del campo mexicano y de la organización campesina, y el titular de la Sader escuchó sus peticiones, sostuvo Álvaro López Ríos, dirigente nacional de la UNTA.
Dijo que fueron escuchadas y atendidas cada una de las problemáticas expuestas por los representantes de 14 estados del país, entre ellos Chiapas, Guerrero y Tabasco, por el subsecretario Leonel Cota Montaño.
También los recibieron otros funcionarios de la Sader, donde intercambiaron posturas y opiniones, las cuales también fueron consideradas por Julio Berdegué, titular de la dependencia.
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Se alcanzaron acuerdos
Precisó que entre los acuerdos alcanzados destaca la creación de una comisión con tres funcionarios para examinar y dar seguimiento a los puntos expuestos, entre los que sobresale dar mayor transparencia y tiempo en las convocatorias sobre los programas que tiene la dependencia.
Además, se abordaron puntos relacionados con el programa de Fertilizantes del Bienestar, Precios de Garantía, Cosechando Soberanía y crédito.
El próximo martes tendrán otra reunión de trabajo en la dependencia para dar continuidad a los puntos que expusieron.
Demandas en el plantón
Durante el plantón de nueve horas, el líder demandó a las autoridades la apertura al diálogo para revisar la política agraria respecto de la falta de producción del campo, así como las elevadas importaciones de granos básicos durante el año en curso.
Asimismo, en los discursos lanzó críticas al gobierno federal ante el cierre al diálogo, así como los programas a las distintas organizaciones campesinas, en circunstancias en que se requiere de la participación de todos los sectores.
López Ríos indicó que todos deben participar para sacar adelante la producción nacional de alimentos ante una creciente demanda que hay en el país.
Dijo que en México hoy en día se produce más de 20 millones de toneladas de maíz, en su mayoría blanco; sin embargo, se necesitan 32 millones de toneladas para cubrir la demanda nacional. Por ello han aumentado las compras del grano a Estados Unidos.
Demandas iniciales
En el plantón participaron más de mil pequeños agricultores provenientes de 20 estados del país y su propósito inicial era permanecer en la protesta afuera de la Secretaría de Agricultura durante tres días.
Álvaro López Ríos demandó diálogo al titular de la Sader, Julio Berdegué, para revisar la política agrícola ya que han registrado un profundo fracaso y, con ello, México enfrenta un panorama de aumento en las importaciones de granos básicos en 2025, impulsado por la disminución de la producción nacional y el crecimiento del consumo.
Mencionó que el sistema alimentario entre México y Estados Unidos observa una alta fragilidad ante decisiones políticas que ponen en riesgo no solo la disponibilidad de alimentos frescos, sino también la equidad económica entre ambos países.
El dirigente de UNTA señaló las medidas comerciales unilaterales como el arancel de 25% a importaciones mexicanas propuesto por el gobierno de Donald Trump y la terminación del acuerdo bilateral del jitomate, lo que provoca disrupciones en los mercados, afectando precios, contratos y cadenas logísticas.
Actualmente no hay incentivos a cultivos exportables, lo que afecta a pequeños productores mexicanos, comentó el dirigente, y agregó que algunos agricultores están migrando hacia cultivos menos sostenibles o intensificando prácticas agrícolas para compensar pérdidas.
Esto podría agravar la presión sobre los ecosistemas, incluyendo la deforestación, el uso excesivo del agua y disminución de producción de alimentos básicos, destacó.
Políticas públicas de largo plazo
Subrayó que los pequeños agricultores requieren políticas públicas con visión de largo plazo, que incluyan subsidios inteligentes, seguros agrícolas y financiamiento accesible para pequeños productores.
Esto debido a que el gobierno anterior y el actual quitaron recursos al campo y generaron una política asistencial y clientelar de poco impacto productivo, lo que ha dejado que México tenga que importar 50 millones de toneladas de granos y oleaginosas.
La cifra representa un aumento en las importaciones en comparación con años anteriores debido a una disminución en la producción nacional de granos y oleaginosas, precisó.
“Se estima que la producción de granos y oleaginosas en México tenga una reducción de casi 7% en 2025, lo que genera una mayor necesidad de importaciones”, alertó el dirigente de la UNTA.
México enfrenta un panorama de aumento en las importaciones de granos básicos, lo que plantea desafíos en términos de seguridad alimentaria y equilibrio de la balanza comercial, recalcó.