La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mejoró su expectativa sobre el desempeño de la economía mexicana, ya que descartó que caiga en recesión y ahora pronosticó una desaceleración moderada.
En su informe “Perspectivas económicas”, difundido este martes, pronosticó que el Producto Interno Bruto (PIB) de México se desacelerará a 0.4% en 2025 y 1.1 % el año próximo, desde el crecimiento de 1.5% en 2024.
El organismo internacional anticipó que el crecimiento de México se desacelerará en medio de una alta incertidumbre.
Esta nueva expectativa contrasta con la recesión que anticipaba a mediados de marzo pasado en su reporte “Perspectivas Económicas Provisionales”.
En ese reporte había proyectado que la economía mexicana caería en recesión en 2025 y 2026, los dos primeros años del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum, debido al impacto de aranceles bilaterales con Estados Unidos.
En ese momento, la OCDE había recortado su proyección para la economía mexicana en este año, de un crecimiento de 1.2% a una contracción de 1.3%, mientras que para 2026 la rebajó desde un alza de 1.6% a una caída de 0.6 por ciento.
OCDE ya no prevé recesión, sólo desaceleración
No obstante, en su más reciente informe de “Perspectivas económicas”, divulgado hoy en París, Francia, la OCDE revisó al alza su expectativa para el Producto Interno Bruto (PIB) de México, a un crecimiento de 0.4% en 2025, desde la contracción de 1.3% que proyectó en marzo pasado.
Para 2026 también mejoró su pronóstico y ahora anticipa un crecimiento de 1.1% en comparación con la caída de 0.6% que estimó hace dos meses y medio.
La OCDE destacó que los indicadores a corto plazo de México apuntan a una mejora parcial de la actividad económica durante el primer trimestre de 2025, con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 0.2% trimestral, tras la contracción del 0.6% del trimestre anterior.
Esta mejora se debió en su totalidad a un repunte del sector agrícola, tras las perturbaciones climáticas de finales de 2024, mientras que la producción industrial se contrajo y los servicios se estancaron.
El organismo resaltó que el bajo desempleo y la disminución de la inflación en México impulsarán el consumo.
No obstante, el consumo público y la inversión se mantendrán moderados, dada la continua consolidación fiscal.
En tanto, las exportaciones se verán afectadas por los aranceles, la incertidumbre y un crecimiento mundial más débil.
La inversión se verá impulsada por la disminución de las tasas de interés, pero se espera que se recupere solo gradualmente, lo que refleja la alta incertidumbre.
Señaló que la implementación de un plan fiscal a mediano plazo podría ayudar a reducir el déficit gradualmente, creando margen para inversiones que impulsen la productividad, como la educación.
Para garantizar que la inflación siga disminuyendo hacia el objetivo, el Banco de México (Banxico) debería continuar su ciclo de flexibilización prudente y gradual.