Mexico, 29 sep. (AMEXI/Notistarz).- La obra «Anecdotario Bair» de Conchi León, un juego de ficción y realidad contado por un Argemex, con nostalgia de exilio y ecos de dictadura, tendrá su primera temporada con la dirección de Matías Gorlero, del 4 de octubre al 10 de noviembre en Foro Shakespeare en esta capital.
El elenco esta integrado por: Pedro de Tavira*, Alejandro Morales, Miguel Santa Rita*, Nacho Tahhan y Lucio Giménez Cacho Goded y Muriel Ricard.
El personaje de la historia está acostumbrado a las mudanzas; cuando era niño tuvo que mudarse de país, de familia, de abuelos y amigos. De adulto tuvo que mudarse de amor, de amores y desamores, de sueños frustrados e historias tardías.
Cuarenta y dos años, cincuenta y siete mudanzas. En cada casa ha ido dejando algo de sus deseos: la relación amorosa perfecta, el hijo al que podrá educar diferente, la reconciliación con el mejor amigo, el contacto con su madre y su hermano. Un juego de ficción y realidad contado por un Argemex, con nostalgia de exilio y ecos de dictadura.
Una obra que tocará el corazón
Anecdotario Baires es una obra que emocionará al espectador, tocando su corazón y haciéndolo reflexionar sobre la vida, el amor y la familia.
En las muchas cajas, recuerdos y anécdotas que presenta Anecdotario Baires se muestra una historia profundamente personal y al mismo tiempo, compartida por millones de personas en todo el mundo.
Cuando alguien se ve obligado a abandonar su hogar y su país de origen, se enfrenta a una serie de desafíos y consecuencias que pueden tener un impacto duradero en su vida.
Es por eso que es crucial explorar- como lo hace esta puesta en escena- las consecuencias del exilio y comprender mejor cómo afecta a las personas y a las comunidades.
Con frecuencia, las historias de exilio y migración forzada se enfocan en mostrar las causas o la manera en que las personas afrontan el momento en que su vida cambia para siempre. Anecdotario Baires muestra, sobre todo, cómo esas migraciones dejan un impacto emocional permanente en quienes lo experimentan, en sus descendientes e incluso, en las personas que se relacionan con ellos.
La experiencia del exilio lo permea todo: la manera en que se construyen y evocan los recuerdos; el anhelo por tener lo que se perdió o nunca se tuvo; la necesidad insaciable de justicia y reivindicación para los que perecieron; la culpa de los supervivientes, la sensación de desarraigo que provoca ansiedad y depresión.
Las ausencias “nos enseñan que sólo debe conservar lo indispensable, por eso en cada nueva mudanza lleva menos cosas. Hay sueños que mueren irremediablemente, casas y cosas que se pierden, pero los recuerdos de quienes nos marcan la vida, son tan perfectos que nos habitan para siempre”, señalan los productores.