Ciudad de México, 4 sep. (AMEXI).- Sonriente, efusivo y reverente fue Juan Pablo Cervantes García al momento de recibir su medalla de oro.
Así vivió su momento cumbre en los Juegos Paralímpicos París 2024, donde triunfó en los 100 metros sobre silla de ruedas de la categoría T54.
Reverenció ante el público instantes antes de recibir la medalla de oro, ya que se la colgaron al cuello, la besó, luego levantó el brazo izquierdo mientras sostenía con su mano derecha su tesoro.
Después miró a la derecha, donde se hizo su bandera en lo más alto del mástil y ante las notas de su himno empezó a entonar la letra de las estrofas compuestas por el poeta potosino Francisco González Bocanegra.
Altivo, con la frente hacia su bandera y con la sonrisa a flor de labios siguió con la entonación del himno nacional mexicano, el cual se escuchó por segunda vez en el Estadio de Francia y por tercera ocasión en estos Juegos Paralímpicos.
No hubo lágrimas y si las hubo fue sin que nadie lo viera, porque al terminar el himno de su patria sonrió a plenitud.
En seguida pidió al tailandés Athiwat Paeng-Nuea (plata) y al finlandés Leo-Pekka Tahti (bronce) que se acercarán a su puesto de honor.
Luego le dio su mano a cada uno de ellos y levantaron los brazos en símbolo de triunfo, de victoria, de compañerismo y solidaridad, valores que representan el olimpismo.
Y con la más victoriosa de sus sonrisas terminó la ceremonia de premiación de su medalla de oro.