Ciudad de México, 3 jun. (AMEXI).- El domingo 2 de junio se llevaron a cabo las elecciones más grandes de la historia de México, y nuevamente tuve la oportunidad de servir como funcionaria ciudadana; sin embargo, mi experiencia en esta ocasión distó mucho de la que tuve hace seis años, siendo notoriamente menos grata. Así lo expresó Alina Pantoja, quien presenta estas reflexiones de una presidente de casilla en AMEXI.
Considero que en el proceso anterior recibí una capacitación adecuada para desempeñar mi función, mientras que en esta ocasión, esa sensación estuvo ausente.
A pesar de solicitar el acceso a la plataforma virtual de capacitación del Instituto Nacional Electoral (INE), me informaron que no existía dicha opción para nosotros, y nadie pudo resolver mi problema.
![](https://amexi.com.mx/wp-content/uploads/2024/06/Collage-elecciones.-AMEXI-Foto-Alina-Pantoja-jpg.webp)
Por otros amigos que fueron también funcionarios me enteré que sí había una capacitación virtual, pero a quienes estuvimos en nuestra casilla no nos dieron los accesos.
El día de las elecciones, llegué a las 07:30 horas (como dictaban las reglas), me presenté con los demás funcionarios de casilla y solicité el apoyo para bajar del automóvil los dos paquetes electorales: uno con la papelería para los comicios federales y el otro con los locales. Yo presidía una casilla contigua.
Sin embargo, el presidente de la casilla básica llegó quince minutos tarde, lo que retrasó el montaje de ese centro de votación y eso nos impidió abrir a las 08:00 en punto. Ya había personas formadas desde una hora antes y cuando finalmente abrimos, a las 08:25, muchas estaban molestas.
Falta de infraestructura, accesos, alimentos y agua
En nuestra zona electoral viven predominantemente personas adultas mayores, por lo que muchas estaban cansadas, con calor y desesperados por votar. Aunque dimos prioridad a las personas con bastón o en sillas de ruedas, la sede no tenía un acceso adecuado para sillas de ruedas.
Cada vez que una persona en esas condiciones necesitaba votar, tenía que anunciarlo y trasladar la urna, a los funcionarios y a los representantes de partidos a la entrada del lugar asignado, lo cual generaba quejas y retrasos.
La representante de un partido político comentó que no estaba bien que se movieran las urnas, alegando que era ilegal. Le expliqué que nuestra prioridad era la accesibilidad, evitar lesiones a los ciudadanos o que alguien se insolara, además de que yo actuaba conforme al manual del INE. Añadí que si no estaba de acuerdo con esta decisión, que registrara su queja, lo que no ocurrió.
![](https://amexi.com.mx/wp-content/uploads/2024/06/Conteo-de-votos-2-jpg.webp)
En la otra casilla también hubo problemas, ya que no podían gestionar la cantidad de asistentes y muchos querían sufragar en nuestro centro de votación. Esto causó conflictos, especialmente cuando ayudábamos a personas con movilidad reducida a pasar a la básica.
Las filas eran largas y tensas, con adultos de la tercera edad que se negaban a permitir que personas con otras necesidades especiales se adelantaran, a pesar de nuestras explicaciones.
Además, la falta de infraestructura para la espera se hizo evidente: no había sillas ni lonas para proteger a las personas del sol. Mi madre tuvo que llevar sillas y mesas de su casa para mejorar las condiciones y ayudarnos un poco.
Quienes fungían como funcionarios de casilla también sufrimos la falta de provisiones, ya que solo nos dieron una botella de agua y ningún alimento. Tuve que llevar un garrafón de agua y, más tarde, pedir unas pizzas (que obviamente costee de mis recursos) para que todos comiéramos algo.
Pese a fallas, hubo casi un 80 % de participación ciudadana
A pesar de las adversidades, la afluencia de votantes fue alta, al alcanzar un 80% de participación de personas registradas en la Lista Nominal para sufragar en nuestra casilla.
Cerramos a las 18:00, cuando ya no había más personas en fila. La hora del conteo fue especialmente intensa debido a la cantidad de papeleo y trámites que debíamos cumplir. Afortunadamente, ambos secretarios de casilla fueron minuciosos y dedicados, lo que facilitó el proceso, aunque terminamos a la 01:15 de la mañana.
La jornada electoral evidenció una serie de carencias y problemas logísticos que, lejos de mejorar con el tiempo, han empeorado drásticamente. La falta de capacitación adecuada, la insuficiencia de recursos y la pobre organización han sido un retroceso significativo en comparación con mi experiencia anterior.
Es evidente que el INE debe revisar y mejorar sus procesos para garantizar que en futuras elecciones haya una experiencia más eficiente y justa tanto para las personas votantes, como para quienes se desempeñen como funcionarias de casilla.
Lee: Preocupante, la falta de capacitación para estas elecciones