Por: Edelmiro Franco V.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), recientemente imputó a seis exintegrantes del Secretariado de las Farc-EP por crímenes contra 18 mil 677 niños y niñas colombianos reclutados de forma forzada y violencia sexual, un fallo que mantiene en la impunidad estos crímenes de lesa humanidad.
Los imputados y llamados a reconocer responsabilidad son los ex dirigentes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) , Rodrigo Londoño Echeverry, Jaime Alberto Parra Rodríguez, Milton de Jesús Toncel Redondo, Pablo Catatumbo Torres, Pastor Lisandro Alape y Julián Gallo Cubillos.
El presidente del Centro de Pensamiento Primero Colombia, José Obdulio Gaviria- una de las voces críticas al fallo de la JEP- aseguró en entrevista con Amexi, que los ex jefes de las extintas FARC-EP, seguirán en “la línea de la impunidad” porque nunca pagarán la pena en prisión.
El reclutamiento forzado es imprescriptible
Pero los excomandantes imputados por la JEP tampoco perderán sus puestos en el Congreso, porque “son curules completamente espurias, puesto que no provienen del pueblo colombiano, como son las demás”, advirtió.
Para Gaviria el escenario que le queda a todas las víctimas de las ex FARC.EP, son acciones ante la Corte Penal Internacional (CPI). «El delito de reclutamiento forzado de menores es imprescriptible y es el delito que esa Corte ha perseguido con mayor energía”.
La primera sentencia de la Corte Penal Internacional (CPI) la cual versa sobre un caso relativo a los derechos de niños, fue el 14 de marzo de 2012, cuando declaró a Thomas Lubanga Dyilo culpable del crimen de guerra de reclutar y alistar a niños menores de 15 años y utilizarlos para participar en las hostilidades durante un conflicto armado interno en la República del Congo.
La sentencia de la CPI
La sentencia de la CPI fue un “poderoso mensaje de que este tipo de práctica no será tolerada y recordó que el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas la participación en conflictos armados de niños y niñas menores de 18 años está prohibida”, señaló la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El Estatuto de la Corte Penal Internacional tipifica además como crimen de guerra el reclutamiento y utilización en conflictos armados de niños menores de 15 años.
Específicamente, en el sistema interamericano, la Declaración y la Convención Americana sobre Derechos Humanos reconocen que todo niño tiene derecho a protección, cuidados y ayuda especiales sin discriminación alguna, y a las medidas consecuentes que su condición de niño o niña requiere, tanto de parte de su familia como de la sociedad y del Estado.
Los menores de edad reclutados por el grupo guerrillero-según la JEP- sufrieron la pérdida de la esencia de la niñez y la anulación de la posibilidad de forjar su propia identidad. Las afectaciones más profundas derivan de la exposición permanente a la muerte, así como a la ansiedad y sufrimiento generados por diferentes violencias sufridas dentro de las filas de la organización.
Al interior de las Farc-EP, los niños y niñas sufrieron violaciones, esclavitud sexual, uniones forzadas, desnudez forzada y otros actos sexuales violentos y desapariciones.
Testimonios desgarradores
El influyente diario El Tiempo, en su edición de este 25 de noviembre, publicó” desgarradores testimonios de las víctimas de crímenes sexuales y por prejuicio en las filas de las Farc.”
“Las niñas, por su condición de género y muchas veces producto del patrón de violencia sexual ejercido contra ellas (otra consecuencia de relaciones intra-filas), sufrieron un tipo de violencia diferente. Padecieron anticoncepción forzada, aborto forzado y malos tratos derivados de estos procedimientos”, dijo una de las mujeres al diario colombiano.
A estos vejámenes se sumó “el asesinato y la desaparición de sus hijos neonatos y la entrega forzada de los bebés que pudieron nacer a otras familias, con la consecuente imposibilidad de ejercer su crianza. “Los hijos estaban totalmente prohibidos, allá estábamos para la guerra y no para parir (…) Es que eso lo decían ellos (los jefes guerrilleros) a boca abierta en las aulas o en las filas”.
“Eso era una regla, era un deber […] La que quedaba embarazada tenía que perder el bebé; se lo sacaban, quisiera o no quisiera; se lo sacaban, quisiera o no quisiera, le tocaba. Nunca dijeron ‘usted está embarazada, váyase para la casa’ o ‘si usted no quiere planificar se puede ir’. Se puede ir, pero por ahí para el hueco, sería lo único, porque nunca vi ni una mujer y una niña que se fuera para la casa”, contó una de las excombatientes al rotativo.
Los ex jefes del grupo guerrillero en un comunicado reconocieron “los hechos y conductas que evidencian el reclutamiento y el ingreso a filas de menores de edad durante el conflicto, así como posibles hechos derivados que pudieron suceder dentro de las extintas FARC-EP. Estos hechos no debieron haber ocurrido”.
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