Semana Santa no solo representa un periodo de descanso, también invita a la reflexión, la espiritualidad y el recogimiento. En este contexto, el cine puede ser una excelente vía para conectar con estos sentimientos a través de historias profundas, inspiradoras o vinculadas directamente con la fe y el sacrificio.
Uno de los clásicos infaltables en esta temporada es La Pasión de Cristo (2004), dirigida por Mel Gibson, una representación cruda y emotiva de las últimas horas de Jesucristo. A pesar de las controversias que ha generado, sigue siendo una de las películas más vistas durante estos días por su intensidad y fidelidad narrativa.
También destacan otras producciones como Ben-Hur (1959), ganadora de 11 premios Óscar, que mezcla drama histórico con una poderosa historia de redención ambientada en los tiempos de Jesús.

En la misma línea se encuentra Los Diez Mandamientos (1956), una obra épica sobre la vida de Moisés y su lucha por liberar al pueblo hebreo, que además ofrece una mirada al poder de la fe y la libertad.
Para quienes prefieren algo más contemporáneo, Silencio (2016) de Martin Scorsese, ofrece una visión compleja sobre la fe en contextos de persecución religiosa. Esta película desafía al espectador a pensar sobre la resistencia espiritual y el sentido del sufrimiento.
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Ver estas películas durante Semana Santa no solo permite disfrutar del arte cinematográfico, sino también abrir un espacio de introspección, en un periodo que tradicionalmente invita a hacer pausas significativas.
El cine puede ser más que entretenimiento; en tiempos como este, se convierte en un espejo que invita a mirar hacia adentro.