Los ocho jóvenes asesinados en la costa de Oaxaca, cuyos cadáveres fueron encontrados en un vehículo abandonado en los límites del estado y Puebla, tienen relación una célula criminal dedicada al robo, reportó la Fiscalía General de Justicia (FGJ).
En la indagatoria de la Fiscalía de Justicia de Alto Impacto se establece que a los jóvenes se les contrató para cometer fechorías en la zona de Huatulco.
La autoridad señala que el contacto sería el excandidato a alcalde, Alfredo Lavariega Canseco, conocido como “Jocha”, a quien se le encontró muerto, con múltiples disparos al interior de su vehículo Honda Civic, en Barra de Copalita, San Miguel del Puerto, el pasado 1 de marzo por la mañana.

El vínculo
Lavariega, empresario y comerciante oriundo de Santa María Huatulco, buscó la alcaldía de ese municipio en 2018 por el Partido Encuentro Social (PES) y más tarde intentó ser agente municipal de Santa Cruz Huatulco.
El cuerpo se descubrió en el barrio Cantarranas, y las primeras pesquisas de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca indican que presentaba heridas por arma de fuego.
De acuerdo con las primeras indagatorias, el cuerpo presentaba varios impactos de arma de fuego, en tanto que la autoridad ministerial continúa con las investigaciones.
La Fiscalía de Justicia señala que la víctima invitó a los jóvenes desaparecidos a su hotel para realizar un “trabajo”, luego de lo cual, desconocidos ligados con el crimen de Alfredo Lavariega se los llevaron.
Ocho de los nueve jóvenes asesinados aparecieron abandonados en los límites de Oaxaca con Puebla el domingo por la tarde.
Según la Fiscalía General de Justicia de Oaxaca, los jóvenes desaparecidos en la zona costera en Santa Cruz Huatulco y posteriormente encontrados asesinados y desmembrados en la supercarretera Oaxaca-Cuacnopalan, cerca del puente Calapa, se hospedaron en el Hotel Jocha antes de su desaparición.
Estarían implicados elementos policiacos
De acuerdo con las primeras investigaciones, en el secuestro de los jóvenes podrían estar implicados elementos de la Policía Municipal de Huatulco.
La única sobreviviente del crimen declaró que fue detenida, incomunicada y torturada por sujetos desconocidos que la habrían levantado.
Posteriormente, la abandonaron en la carretera Costera, donde logró escapar hacia Puebla para salvar su vida.
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