Por Atahualpa Garibay/corresponsal
Tijuana, BC., 21 mar. (AMEXI).- En una expresiva demostración de arte y activismo, el reconocido artista Javier Salazar Rojas, también conocido como Deported Artist, marcó su regreso al muro fronterizo de Playas de Tijuana.
Salazar Rojas no llegó solo; lo acompañaban dos de sus obras más significativas, entre ellas una réplica modificada de «El Beso de Trump y Biden», la cual realizó en colaboración con Chris Cuauhtli.
Esta obra, que originalmente se había instalado en marzo de 2023 como un acto de protesta contra las políticas migratorias de Estados Unidos, resurge ahora con cambios simbólicos que reflejan el contexto electoral actual y la continua lucha por la justicia en Palestina.
La pieza, que se ha convertido en un icono de resistencia, muestra a los exmandatarios Donald Trump y Joe Biden en un inesperado beso, rodeados por una bandera estadounidense teñida en tonos de rojo y negro.
Destacan, además, las consignas «Liberen a Palestina» y «All walls must come down» («Todos los muros deben caer»), haciendo eco de la postura crítica del artista sobre el apoyo de ambos líderes al conflicto en Gaza y Palestina.
«Los cambios fueron por los tiempos de elección, vamos a tener a los mismos candidatos y ambos apoyan el genocidio en Gaza y Palestina», explicó Salazar Rojas.
Pero la jornada de arte en la frontera no terminó ahí. Deported Artist también presentó una réplica de «Ningún ser humano es ilegal», un autorretrato que rememora su propia experiencia al cruzar la frontera siendo apenas un niño de 11 años.
La obra, que transmite un poderoso mensaje de humanidad y empatía, surge de una experiencia personal profundamente conmovedora.
“Así me enteré que no tenía papeles y me dijeron que era ‘ilegal’ y era una palabra que yo no podía comprender. No sabía comprender cómo un ser humano podía ser ilegal», compartió el artista.
La producción de cada obra, que llevó aproximadamente cinco días, exigió el uso de materiales especiales para asegurar su durabilidad frente a las condiciones climáticas y la salinidad del ambiente en la frontera.
A través de su arte, Salazar Rojas no solo desafía las percepciones sobre la migración y el asilo político, sino que también invita a la reflexión sobre los derechos humanos y la universalidad de la experiencia migratoria.
«Ningún ser humano es ilegal, todos tenemos derecho a la migración o asilo político, por eso plasmamos esta obra», agregó.
En Tijuana un muro se transforma en un mensaje de esperanza y un recordatorio de que el arte puede ser una herramienta poderosa para el cambio social y la expresión política, concluyó.