Con el humo blanco en el horizonte, el Vaticano se prepara para uno de los momentos más decisivos de la Iglesia Católica: la elección del nuevo Papa.
Mientras los 133 cardenales se encierran en la Capilla Sixtina, el mundo mira con atención a un puñado de nombres que suenan con fuerza en los pasillos vaticanos.
Cada uno trae consigo una historia, una visión del mundo y una forma de entender la fe.
Aquí te contamos quiénes son los principales candidatos, más allá del protocolo.
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Pietro Parolin: el diplomático de hierro con voz suave
Pietro Parolin, es italiano de nacimiento y actual Secretario de Estado del Vaticano, Parolin es uno de los hombres más influyentes de la curia.
A sus 70 años, ha tejido acuerdos clave como el controvertido pacto con China sobre la designación de obispos.
Tiene el perfil clásico de un “papa de gobierno”: discreto, firme y profundamente institucional. Su estilo es prudente, pero no indiferente a los desafíos del mundo.
Robert Francis Prevost: el norteamericano con alma latinoamericana
Robert Francis Prevost. Aunque nació en Chicago, Prevost es bien conocido en Perú, donde fue obispo durante años. Hoy dirige el Dicasterio para los Obispos, un cargo estratégico.
Cercano a Francisco, tiene un perfil pastoral y está alineado con la idea de una Iglesia sinodal, abierta al diálogo y a las realidades locales.
A sus 69 años, muchos lo ven como un “puente” entre continentes.
Matteo Zuppi: el “cura de barrio” que llegó a cardenal
Si alguien representa el espíritu de Francisco, es Zuppi. Carismático, cercano y comprometido con las causas sociales, este arzobispo de Bolonia —y actual presidente del episcopado italiano— es conocido por su trabajo con migrantes, enfermos y comunidades pobres.
Miembro de la Comunidad de Sant’Egidio, ha mediado en conflictos internacionales y no le teme a la política si se trata de construir paz. Tiene 69 años y muchos lo consideran el “favorito del pueblo”.
Luis Antonio Tagle: el “Francisco asiático”
Con solo 67 años, el cardenal filipino, Luis Antonio Tagle, es uno de los rostros más queridos de la Iglesia. Su capacidad de comunicación, su sencillez y su visión misionera han conquistado fieles en todo el mundo.
Tagle no solo habla con claridad, sino con el corazón. Actualmente trabaja en el Dicasterio para la Evangelización y, aunque está en Roma, nunca ha perdido su acento filipino ni su pasión por las periferias.
Anders Arborelius: el cardenal del norte silencioso
Nacido en Suiza pero sueco de corazón, Arborelius es un cardenal atípico: viene de una tierra luterana, es converso al catolicismo y ha sido pionero en la promoción del ecumenismo en Escandinavia.
No hace ruido, pero su influencia crece en los sectores que valoran una Iglesia reflexiva, abierta y respetuosa de las minorías.
A sus 75 años, su candidatura es improbable, pero simbólicamente poderosa.
Jean-Marc Aveline: el pastor del Mediterráneo
Este arzobispo de Marsella ha ganado atención por su discurso sobre migración, integración y diálogo interreligioso.
De raíces argelinas y con un perfil teológico sólido, Aveline encarna la Iglesia del sur de Europa, diversa y en contacto directo con los retos sociales.
Tiene 65 años y ha sido una de las voces francesas más claras en los sínodos.
Peter Turkson: el rostro africano de la justicia social
El ghanés Turkson ya ha sonado en cónclaves anteriores, y su nombre vuelve a aparecer.
Con 76 años, ha sido una figura clave en temas de medio ambiente, economía ética y desarrollo sostenible.
Fue uno de los redactores de la encíclica Laudato si’, y aunque representa una línea más tradicional en lo doctrinal, su sensibilidad por los pobres y el planeta lo acercan a las preocupaciones actuales.
Pierbattista Pizzaballa: el patriarca entre fuegos cruzados
A los 59 años, este franciscano italiano ha vivido gran parte de su ministerio en Tierra Santa.
Como Patriarca Latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa estuvo al frente de una Iglesia en medio de tensiones políticas, religiosas y humanitarias.
Habla hebreo y árabe, y ha insistido en la necesidad de tender puentes donde muchos solo ven muros.
Aunque joven, su experiencia en diálogo interreligioso y su serenidad lo convierten en un perfil interesante.
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¿Y ahora?
Mientras los cardenales se preparan para votar, el mundo católico espera.
¿Habrá continuidad con el pontificado de Francisco? ¿Un giro hacia un perfil más institucional? ¿Una sorpresa desde África o Asia?
La historia del Papado nos recuerda que el Espíritu Santo sopla donde quiere… y muchas veces, donde menos se espera.
Por lo pronto, las miradas seguirán atentas a la chimenea vaticana, esperando ese humo blanco que anunciará no solo un nuevo Papa, sino también una nueva etapa para la Iglesia.