Culiacán, Sin. 20 oct. (AMEXI).- El gobernador Rubén Rocha Moya disfruta complacido de una estrofa del mambo ¿Quién será? Está en el Festival Cultural de Sinaloa, que se realiza en una pequeña calle de la capital, mientras el estado arde por el enfrentamiento entre Los Mayos y Los Chapitos.
Paradójicamente, como en la canción, ambos grupos deciden a balazos quién se quedará con el territorio.
Los dos bandos alimentan la disputa que mantiene a Sinaloa en crisis, mientras contingentes de Ismael Zambada Sicarios y Alejandro Cabrera Sarabia se apropian de zonas antes controladas por el clan Guzmán.
La violencia incluye asesinatos, secuestros, robos de vehículos y bloqueos de carreteras.
La noche del jueves 18, la situación escaló con ataques a balazos contra vehículos e instalaciones del periódico El Debate, además de agresiones a uno de sus repartidores.
En medio de rumores, se dice que Los Chapitos se habrían aliado con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), aunque muchos en Culiacán consideran esta versión como información «sembrada» por uno de los dos grupos o incluso por los gobiernos federal y estatal.
A cinco años de la primera detención de Ovidio Guzmán López en Jesús María, municipio de Culiacán, un nuevo golpe sorprendió a los seguidores de Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
Un comando liderado por Alejandro Cabrera incursionó en Tamazula, Canelas y Otáez, municipios de la sierra de Durango, logrando llegar a la sindicatura de Costa Rica, a pocos minutos de la zona centro de Culiacán.
Nuevos enfrentamientos y bloqueos
El jueves 17, se reportaron enfrentamientos en Tepuche, dejando un saldo de seis civiles muertos, presuntamente integrantes del grupo de Los Chapitos. La Sedena informó del enfrentamiento, sin confirmar las identidades de los fallecidos.
A lo largo del día, se registraron bloqueos en la autopista Culiacán-Mazatlán y en la carretera libre hacia el puerto.
Como resultado, hubo suspensión de clases vespertinas y las escuelas de la Universidad Autónoma de Sinaloa anunciaron la transición a clases en línea. El transporte urbano se limitó, y numerosos comercios bajaron sus cortinas.
Además, el servicio funerario restringió los velorios de 8 a.m. a 8 p.m., luego de que un grupo armado intentó sacar por la fuerza a un hombre durante una ceremonia.
El desplazamiento de los Chapitos
Los enfrentamientos han provocado que Los Mayos logren desplazar a Los Chapitos de territorios clave como Mazatlán, Navolato, Concordia, Elota y varias sindicaturas de Culiacán, incluidas Costa Rica y El Dorado.
En Villa Juárez, Navolato, un punto estratégico para el tráfico de drogas, los Zambada consolidaron su control en las últimas horas.
En un episodio reciente, Los Mayos utilizaron lanchas, drones y aeronaves para bombardear a los pistoleros de Los Chapitos, quienes llegaron con vehículos artillados.
La confrontación terminó con la derrota del grupo de los Guzmán.
Refuerzos militares en la zona
Desde el 11 de octubre, más de 100 efectivos de las Fuerzas Especiales del Ejército y vehículos blindados tipo Ocelotl fueron desplegados en Sinaloa para labores de inteligencia y patrullaje. La Guardia Nacional, por su parte, asumió la vigilancia de escuelas.
El 8 de octubre, altos mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), se reunieron con el gobernador Rocha Moya para definir los roles operativos de las fuerzas de seguridad en Culiacán y sus alrededores.
Sin embargo, hasta la fecha, no ha sido posible contener los enfrentamientos entre los grupos delictivos.
Escapes y ajustes de mando
El 2 de octubre, se registró una persecución en el sector Maquío Clouthier sin que hubiera detenidos. Más tarde, fuerzas federales intentaron capturar a Jorge Humberto Figueroa, alias «El Perris» o «El 27«, pero logró escapar nuevamente.
En Culiacán, la salida de Figueroa dejó la plaza en manos de «El Gavilán«, un personaje que incluso ha sido mencionado en narcocorridos de Peso Pluma.
Fuentes de seguridad señalan que El Gavilán actualmente lidera la ofensiva por parte de Los Chapitos.
🛑 #Sinaloa 🚨 #Culiacán
Noche de terror y balacera en Culiacán. Más de 30 días de violencia pese a la llegada de elementos de las #FuerzasArmadas y la #GuardiaNacional.El gobernador dice todo controlado y la presidenta que es culpa de #Calderón y de #EstadosUnidos. pic.twitter.com/Wi86bqJdPa
— César Manuel Jiménez Martínez (@cesarjimtz) October 18, 2024
Cambios estratégicos y rumores
El viernes 18 de octubre, el Ejército detuvo a seis integrantes de Los Chapitos, incluyendo a Luis Alberto, alias «El Cañas«, un mando de seguridad cercano a El 27.
Fuentes de seguridad sugieren que los hermanos Iván y Alfredo Guzmán Salazar ya no están en Culiacán, y que el gobierno ha inclinado su apoyo hacia el grupo de Zambada.
También se ha mencionado a Alejandro López Guzmán, primo de Ovidio y Joaquín Guzmán López, como el cerebro financiero de Los Chapitos.
Según versiones periodísticas, López Guzmán habría intentado negociar una alianza con El Mencho, líder del CJNG, en un intento por combatir a los Zambada.
Sin embargo, algunos expertos descartan esta posible alianza, considerando que Los Chapitos traicionaron en su momento a El Mayo, quien intercedió para salvar sus vidas en 2016.
Ese año, tras ser secuestrados en el restaurante «La Leche» en Puerto Vallarta, los hijos de El Chapo fueron liberados gracias a la intervención de El Mayo ante El Mencho.
La sombra del CJNG
A pesar de los rumores, no hay evidencia de que el CJNG esté disputando territorio en Durango, controlado por los hermanos Cabrera Sarabia.
En Culiacán, se reporta que civiles armados del grupo de «El Mayito Flaco» mantienen bloqueados los accesos al sur de la ciudad y a Navolato, mientras otros puntos estratégicos están bajo vigilancia del Ejército y la Guardia Nacional.
Por las radios, se escucha: «La bronca es contra Los Chapitos».
Mientras tanto, ahí mismo, en Sinaloa, el gobernador Rubén Rocha Moya sigue sonriendo al ritmo del mambo ¿Quién será?, una canción compuesta en 1953 por Pablo Beltrán Ruiz y Luis Demetrio, en un festival cultural ignorado por los culichis y empañado por la violencia y la traición.