Ciudad de México, 3 may. (AMEXI).- El gobierno mexicano aplicó un “austericidio” y pésimo manejo de la pandemia, desestimando pruebas, uso de cubrebocas, sin una política de comunicación efectiva, alentando a quedarse en casa a los enfermos graves, lo que incrementó en al menos 300 mil muertes que eran evitables la tragedia del Covid-19, aseveró el demógrafo y catedrático del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, Héctor Hernández Bringas.
Al comentar el informe de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de Covid-19 en México, dijo que 300 mil fueron muertes en exceso atribuibles a las malas decisiones que se hicieron desde el gobierno federal.
“Por ello, México ocupa el cuarto lugar mundial por exceso de muertes, sólo detrás de países mucho más pobres como Ecuador, Bolivia y Perú. En México, la mitad de los muertos por la pandemia eran personas jóvenes, a diferencia de Europa donde sólo 10% de los fallecidos lo eran”, expuso en entrevista con Amexi.
Dijo que la gestión gubernamental de la pandemia, como lo dice el informe de la comisión especial, es responsable de 40% de los decesos y esto debe quedar para la historia, sin descartar las implicaciones legales a que haya lugar.
“Desde que inició la pandemia sabíamos que millones de personas no podían resguardarse por depender de su trabajo diario, casi siempre de carácter informal [como lo es 60% de la fuerza de trabajo en el país]. Que esas personas se mueven en transportes públicos abarrotados e insalubres como el Metro y el Metrobús.
“Y sabíamos también que muchos millones de mexicanos, justamente los del sector informal y los de zonas marginadas, no tenían acceso a los servicios de salud y a la seguridad social”, agregó el también investigador del Colegio de México.
Expuso que todo ello conformaba condiciones que nos obligaban, desde el principio, a encender las alarmas, cosa que no se hizo, “por el contrario, se minimizo criminalmente el problema”.
“En México, dadas las condiciones de vida de la población, era esperable una tragedia seguramente inevitable, pero a ello hay que sumar la indolente y errática política pública”, donde se adoptó el modelo centinela que sólo hacia pruebas a 10% de los que tenían síntomas.
“Detrás de ello, imperaron los criterios de austeridad o, literalmente hablando en este caso, de austericidio”, subrayó Hernández Bringas.
Consideró que la campaña “quédate en casa” estaba bien para evitar contagios, pero era muy mal mensaje para quienes, teniendo síntomas, se les exigía el “quédate en casa” y “toma paracetamol”. Por ello, la alta mortandad en los domicilios particulares.