Los conflictos armados, la desigualdad social y el cambio climático figuran entre los principales retos y amenazas que los niños del mundo afrontarán durante este 2025, alertó este lunes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En su informe anual sobre las perspectivas de la niñez durante este 2025, el organismo internacional examinó los riesgos a los que probablemente se enfrentarán los niños y sugiere formas de reducir los posibles daños.
“El mundo ha entrado en una nueva era para los niños en la que el cambio climático, los conflictos, la desigualdad y sus interconexiones están perturbando sus vidas y limitando su futuro”, advirtió, según un reporte del sitio Noticias ONU.
Desigualdad y conflictos sociales
Bajo el título “Perspectivas de la infancia 2025: Construir sistemas resilientes para el futuro de los niños”, Unicef exhortó a la comunidad internacional a reforzar los sistemas nacionales diseñados para garantizar que tengan acceso al apoyo que necesitan.
“El exponencial aumento de la desigualdad y los conflictos, junto con la amenaza del cambio climático y la tecnología crean una época de incertidumbre para los niños en todo el mundo”, destacó Unicef.
La agencia de la ONU para la infancia pidió reforzar los sistemas diseñados a mitigar el impacto de todos esos fenómenos y desglosó las principales tendencias que habrá que tener en cuenta en 2025:
- La intensificación de las guerras seguirá planteando graves riesgos para los niños. Alrededor de 473 millones de niños, más de uno de cada seis en todo el mundo, viven actualmente en zonas afectadas por conflictos. Casi el doble respecto a la década de 1990.
En medio de las crecientes rivalidades geopolíticas y la parálisis de las instituciones multilaterales, los actores estatales y no estatales parecen cada vez más dispuestos a incumplir las leyes internacionales diseñadas para proteger a la población civil, y los ataques contra infraestructuras civiles como escuelas y hospitales son cada vez más frecuentes.
- El sistema financiero no funciona. Los gobiernos de los países en desarrollo tienen cada vez más dificultades para financiar inversiones clave en la infancia, debido al lento crecimiento, el aumento de la deuda y la insuficiencia de los ingresos fiscales y la ayuda al desarrollo.
Cerca de 400 millones de niños viven en países endeudados y, si no se llevan a cabo reformas importantes, esta cifra aumentará. En 2025, nos enfrentaremos a decisiones cruciales sobre las reformas del marco de instituciones, políticas, normas y prácticas que rigen el sistema financiero mundial.
El cambio climático, otro riesgo.
- Las consecuencias irreversibles de la crisis climática. Los niños sufren de forma desproporcionada las consecuencias del cambio climático y los efectos sobre su desarrollo, salud, educación y bienestar pueden ser irreversibles y duraderos.
“El 2025 presenta oportunidades cruciales para avanzar hacia los objetivos climáticos mundiales. Esto implica una formulación de políticas exhaustiva y sólida, una financiación y unas inversiones adecuadas y equitativas, unos marcos normativos y de rendición de cuentas sólidos y unos sistemas de seguimiento eficaces”, destacó Unicef.
- Mejor acceso a los servicios digitales. Los rápidos avances de las tecnologías emergentes seguirán configurando todas las esferas de la vida de los niños, desde la educación a la comunicación, pasando por la participación en la economía digital.
Una tendencia clave es la aparición de infraestructuras públicas digitales, un conjunto de sistemas digitales compartidos que pueden proporcionar un acceso equitativo a los servicios públicos y privados.
- La gobernanza mundial, bajo presión. Las crisis nuevas y actuales seguirán poniendo a prueba el futuro de la gobernanza mundial.
En 2025, las naciones y las instituciones deberán abordar la cuestión fundamental de si el marco multilateral mundial se unificará para dar una respuesta cohesionada a nuestros retos comunes o se fragmentará aún más, con el riesgo de que se pierda la acción colectiva.
- Los derechos de la infancia deben seguir siendo prioritarios. Estos sistemas deben incorporar los principios de inclusión, equidad y responsabilidad, garantizando que los derechos y las necesidades de los niños permanezcan en primer plano. Lee: Niños no deben ser condenados a muerte: Unicef