Ciudad de México, 1 oct. (AMEXI).- El gélido Zócalo de octubre fue el escenario del día uno del gobierno de Claudia Sheinbaum, primera presidenta de México, quien recibió ritual con limpia y bastón de mando de manos de 113 mujeres indígenas y afromexicanas que con copal, velas e incienso, le desearon éxito para pacificar al país y buscar la unidad de los mexicanos.
Mujeres sabias, indígenas que representan a 70 pueblos originarios, fueron las protagonistas de esta ceremonia única en los más de 500 años de historia como país, que por primera vez será gobernado por una mujer.
Ceremonia colorida, de rebozos, huipiles, hojas de maíz; de huapangos y de sones, que dejaron en segundo plano a la vieja clase política que estuvo abajo del templete, con sus selfies, lo mismo gobernadores, los nuevos secretarios de Estado y hasta los hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Enfundada en un vestido blanco, con flores multicolor bordadas, Sheinbaum Pardo recibió el bastón de mando, que para los pueblos originarios representa el poder político y espiritual que une al gobierno con las comunidades indígenas y afromexicanas.
El mensaje claro de la continuidad emitida por la primera presidenta
Ceremonia histórica que es el arranque de seis años de gobierno, de la primera mujer que gobernará México, pero también la primera mandataria en América del Norte.
Sin embargo, también un discurso con sabor a Tabasco para el viejo líder de este movimiento, con las frases y lugares comunes: “Por el bien de todos, primero los pobres”, “No robar, no mentir, no traicionar”…
El mensaje claro de la continuidad, del segundo piso de la Cuarta Transformación (4T). Nulas referencias a la crisis de inseguridad en el país, las mismas y cansinas críticas a la guerra que comenzó Felipe Calderón Hinojosa y el rechazo de que el país se está militarizando.
Zócalo frío por momentos, con los acarreados de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), del sindicato petrolero, de los gobernadores, pero también con los militantes de Morena y los ciudadanos que gustosos esperaron horas para ver y escuchar a la primera presidenta de México.
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