Por Luis Carlos Rodríguez
El tan presumido como un logro de los gobiernos de distinto color, que también aseguran es ejemplo de la migración ordenada, cumplió 50 años y con ello se ha destacado que en ese tiempo se han llevado de México a Canadá a más de medio millón de trabajadores agrícolas.
El Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales México-Canadá (PTAT), lleva cada año a Canadá a alrededor de 25 mil mexicanos a trabajar en ranchos, viveros y empresas agroindustriales de aquel país, no siempre en las mejores condiciones e incluso con casos de graves abusos y esclavitud, nunca reconocido por ambos gobiernos.
Activistas y organizaciones canadienses han denunciado en infinidad de ocasiones estos abusos: que las empresas que los contratan y los llevan de México a Canadá los obligan a no cambiar de empleador durante los meses que están en aquella nación, a trabajar más días y horas de lo estipulado en los contratos, que frecuentemente son confinados a un territorio del cual no pueden salir y sólo pueden comprar en las tiendas de las mismas empresas o son regresados si no cumplen las exigencias.
Se escucha como la época de La Colonia en México o de la esclavitud contra la población estadounidense contra los afroamericanos. Nada lejano pasa en algunas de esas empresas y granjas canadienses en donde el gobierno mexicano sólo actúa como un gran “pollero” que ayuda a reclutar a los jornaleros y que después de olvida de los connacionales y su situación en el país de la hoja de maple.
Hace pocos años, en plena pandemia, estos jornaleros mexicanos fueron quienes alimentaron aún con riesgos de contagio y de muerte a millones de canadienses. Sin embargo, ganan menos de la mitad de lo que percibe un trabajador del campo de esa nación, pues son mano de obra barata que garantiza ganancias millonarias a los granjeros canadienses.
En 2021, en Quebec, Canadá, unos 11 mil jornaleros, en su mayoría mexicanos, trabajaban en granjas agrícolas, una de ellas se conoce como “El Calabozo”.
Es la granja Les Entreprises Pitre, en Hautes-Laurentides, donde casi 200 paisanos y guatemaltecos laboran hasta 18 horas al día, hacinados para dormir hasta 10 de ellos en un cuarto.
La denuncia la realizaron en su momento activistas, defensores de migrantes y periodistas en Canadá, quienes han documentaron esta explotación de jornaleros. Hasta entonces el Consulado mexicano en esa ciudad reaccionó sólo para negar la situación y argumentar que siempre han estado pendientes de los jornaleros. Así ha sido en 50 años del PTAT. Tal Cual.