El problema de las bajas pensiones en México es un tema que los expertos han señalado por décadas. Sin embargo, ningún gobierno ha querido asumir el costo económico y político de hacer verdaderos cambios para que los mexicanos tengan realmente pensiones dignas, una de las grandes demandas de los trabajadores del país.
Hoy, el gobierno del presidente López Obrador, justo en medio del proceso electoral, pretende llevar a cabo una reforma al sistema de pensiones con el argumento de que con esto las personas recibirán una pensión mayor. Lo que no se dice es que no será el gobierno quien salga al rescate de los mexicanos en edad de retiro sino serán los propios trabajadores.
La propuesta es que se use el dinero que se encuentra en las cuentas individuales de ahorro para el retiro que estén inactivas, de aquellos trabajadores que tengan más de 70 años, quienes ya no reciben aportaciones pero que tampoco han reclamado el dinero de su Afore.
De tal manera que, si una persona al momento del retiro recibiría una pensión de 60% de su último salario, con el dinero que hay en las cuentas inactivas del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), ese porcentaje subiría a 100%.
El planteamiento de mejorar las pensiones hasta el 100% es excelente, pero el hecho es que el dinero que se tomaría para tal fin, pertenece a otros trabajadores como resultado del tiempo que laboraron en el sector formal, y que por alguna situación no lo han reclamado al día de hoy.
Aun cuando una persona no estuviera en condiciones de solicitar el dinero que tiene en una Administradora de Fondos para el Retiro (Afore), ese recurso es heredable al cónyuge, padres o hijos, por lo que forma parte del patrimonio familiar de un mexicano.
En el Sistema de Ahorro para Retiro (SAR) hay un total de 74.5 millones de cuentas individuales. El gobierno dice que las cuentas inactivas de personas de 70 años y más representan 5.48%, mientras que en recursos sólo 0.4%; además, asegura que en caso de que una persona decida siempre sí reclamar su dinero, éste o su familia podrá hacerlo al Fondo de Pensiones del Bienestar, pero hay quienes dicen que son millones las cuentas que serían tocada por el gobierno.
Desde que inició el sistema basado en cuentas individuales, en julio de 1997, se advirtió que los mexicanos que se pensionaran por este mecanismo que operan las Afore recibirían pensiones de entre 25% y 30%, muy por debajo del 100% que daba el esquema anterior de beneficio definido.
En esta administración se hicieron reformas que aumentarían ese porcentaje a 60%, lo que sigue siendo insuficiente para que una persona en su edad adulta pueda pasar una vejez de calidad.
Ahora se trata de resarcir la problemática, pero a costa del propio patrimonio de los mexicanos, pues el gobierno asegura que serían 41 mil millones de pesos que las Afore tienen que traspasar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), incluidas las subcuentas de vivienda del Infonavit.
Si bien las cuentas individuales inactivas o no reclamadas sólo son una parte de la fuente de recursos que alimentarán al Fondo de Pensiones del Bienestar, ¿qué pasará cuando ese recurso se agote o cuándo las familias aparezcan a reclamar su patrimonio? ¿Por qué el gobierno, a través de las Afore, no contacta a los dueños de ese dinero? ¿Será posible regresar a las pensiones de 100% del salario o será que México entrará a una crisis a niveles de lo que sucedió en Chile o en los países europeos? Ya lo veremos…