Ciudad de México, 19 de mar. (AMEXI).- Con la próxima llegada del Equinoccio de primavera, este 20 y 21 de marzo, surge la tradición de vestir de blanco y dirigirse a sitios ancestrales como Teotihuacán en búsqueda de renovación energética, pero ¿por qué el color blanco es tan significativo en esta celebración?
La costumbre de vestir de blanco durante el equinoccio de primavera, especialmente en visitas a zonas arqueológicas como Teotihuacán o Chichén Itzá, está arraigada en las creencias modernas más que en prácticas ancestrales precisas.
Se cree que vestir de blanco ayuda a las personas a rodearse de energía positiva, inspirando tranquilidad y paz. Esta idea se relaciona con el simbolismo del color blanco que, en términos de física, refleja los rayos solares en lugar de absorberlos, a diferencia de los colores oscuros como el negro.
Sin embargo, la noción de «cargarse de energía» durante el equinoccio es un concepto moderno sin fundamento científico sólido. Se remonta a las corrientes de la Nueva Era en los años 70 en Estados Unidos, asociadas con la vida hippie y la búsqueda de una conexión más profunda con la naturaleza, la paz y el amor.
No hay evidencia de que las civilizaciones prehispánicas practicaran rituales específicos de «carga de energía» en los equinoccios, aunque sí realizaban ceremonias religiosas para celebrar el renacimiento de la naturaleza y el inicio de la temporada agrícola.