La ceremonia de entronización del Papa León XIV, prevista para celebrarse en la Plaza de San Pedro, se perfila como uno de los eventos más multitudinarios y sensibles del año en el escenario internacional.
Ante la esperada asistencia de decenas de jefes de Estado, líderes religiosos, diplomáticos y más de 100 mil fieles, la seguridad en el Vaticano ha sido reforzada al máximo nivel.
Según fuentes del Vaticano y del Ministerio del Interior italiano, el operativo de seguridad combina medidas extraordinarias de control, cooperación entre cuerpos nacionales e internacionales, tecnología avanzada y presencia visible de agentes en tierra y aire.
Una coordinación internacional sin precedentes
La seguridad del evento está a cargo principalmente de la Gendarmería Vaticana y de la Guardia Suiza Pontificia, pero en cooperación estrecha con la Policía Nacional Italiana (Polizia di Stato), los Carabinieri, el Ejército Italiano, la Interpol y cuerpos de seguridad de países con delegaciones oficiales.
Fuentes diplomáticas confirmaron que equipos de seguridad personal de varios jefes de Estado han coordinado desde hace días protocolos específicos con las autoridades vaticanas.
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Tecnología de última generación para proteger al Pontífice y los asistentes
- Se instalaron arcos de detección de metales y escáneres en todos los accesos a la Plaza de San Pedro.
- Drones y helicópteros de vigilancia aérea sobrevolarán el perímetro durante toda la jornada.
- Cámaras de reconocimiento facial y sistemas de inteligencia artificial están siendo utilizados para identificar movimientos sospechosos en tiempo real.
- La señal de telefonía móvil será restringida en ciertos sectores durante momentos críticos del acto litúrgico.
Zonas de acceso controlado y filtros múltiples
Se han establecido tres anillos de seguridad:
- Zona roja: acceso exclusivo para personal autorizado, invitados oficiales y clero. Incluye el altar central, la zona de cardenales y la delegación diplomática.
- Zona amarilla: para fieles registrados, con controles exhaustivos de identidad.
- Zona azul: área perimetral gestionada por las autoridades italianas con medidas de control de masas y flujo de personas.
El acceso de vehículos privados estará prohibido en un radio de dos kilómetros del Vaticano, y el transporte público será reconfigurado para facilitar la circulación de asistentes y autoridades.
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Ciberseguridad y protección de comunicaciones
Los servicios de inteligencia del Vaticano y de Italia han activado protocolos de prevención de ciberataques que puedan afectar las comunicaciones oficiales, la transmisión televisiva o los sistemas internos del evento.
Se vigila también la propagación de noticias falsas y amenazas en redes sociales.
Atención sanitaria y emergencias
Se desplegarán equipos médicos, ambulancias y unidades móviles en varios puntos del Vaticano. El Hospital Bambino Gesù y otros centros de Roma estarán en alerta máxima para responder a cualquier incidente médico.
También se instalarán puntos de atención rápida para peregrinos en caso de deshidratación, caídas o aglomeraciones.
La Guardia Suiza, presencia simbólica y estratégica
La Guardia Suiza Pontificia, cuerpo militar más antiguo del mundo en servicio activo, tendrá una función ceremonial pero también estratégica.
Aunque su número es reducido (125 efectivos), actúan en coordinación directa con la Gendarmería y tienen entrenamiento especializado en protección de autoridades y respuesta a crisis internas.
El mensaje del Vaticano: apertura, pero con responsabilidad
A pesar del estricto dispositivo, el Vaticano insiste en que el objetivo es garantizar la seguridad sin perder el espíritu de acogida. “
El Papa quiere una ceremonia abierta, cercana al pueblo y sin excesos protocolarios. Pero debemos asegurar que todos los presentes puedan vivir este momento con paz y confianza”, declaró un portavoz vaticano.
Un momento histórico
La entronización del Papa León XIV no solo representa un momento histórico para la Iglesia, sino también un desafío logístico y de seguridad de alto nivel.
Con un equilibrio entre solemnidad litúrgica y vigilancia rigurosa, el Vaticano busca ofrecer al mundo una jornada de unidad, esperanza y protección para todos los asistentes.