Por Adriana Moreno Cordero
Sería muy difícil pensar que, en esta Semana Santa, tuvieran lugar cambios en la administración de Claudia Sheinbaum; sin embargo, crece cada vez más el rumor de que éstos están ya “a la vuelta de la esquina» y las miradas apuntan principalmente a la Secretaría de Gobernación, que encabeza Rosa Icela Rodríguez.
Se comenta de forma más constante que dichos relevos en distintas dependencias tienen como fecha de arranque este día y serán algo así como una “vuelta de tuerca”, o sea, profundos, y que se darían luego de los enfrentamientos que han tenido prácticamente dos bandos, es decir, los de Claudia Sheinbaum y los de su antecesor y mentor, Andrés Manuel López Obrador.
En el caso específico de la titular de la Segob, se dice que sería relevada porque cuando se desempeñó como secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, prácticamente no hizo nada y sólo se limitó a defender la pseudoestrategia que tanto publicitó el tabasqueño, aquella de “abrazos, no balazos”, y lo hizo ante legisladores, cuando acudió al Congreso a comparecer.
Es más, hace dos meses, la propia presidenta Sheinbaum la defendió al señalar en alguna de sus gustadísimas “mañaneras del pueblo”: “Hay esta idea de que ‘abrazos, no balazos’ era darle carta abierta a la delincuencia, cosa que es absolutamente falsa”.
Y en esa asidua defensa, la jefa del Ejecutivo recordó que en aquellos tiempos en que la secretaria de Seguridad era Rosa Icela Rodríguez “hoy secretaria de Gobernación, tenía una frase que decía: ‘abrazos, no balazos´ no quiere decir que estemos cruzados de brazos”.
Entonces, ¿cómo han estado? Aun en la actual gestión, valdría la pena preguntar
Así siguió la presidenta defendiendo también a su maestro, el que la llevó a Palacio Nacional y se comprometió, por ello, a defenderlo siempre: “Que no se equivoque nadie: somos parte del mismo movimiento. Por ahí está la oposición queriendo que nos distanciemos: no nos vamos a distanciar”. ¿Será?
En fin, en aquella ocasión le alcanzó a Sheinbaum Pardo para defender a todos sus correligionarios y más, pero al parecer, esa batería ya se le agotó, y así como en su momento también hizo lo propio, en su calidad de jefa de Gobierno de la Ciudad de México, ni más ni menos que con la exdirectora del Metro, Florencia Serranía, para que no rindiera cuentas sobre la tragedia ocurrida en la famosa Línea Dorada del Metro, que por cierto, el próximo 4 de mayo cumplirá cuatro años, algo similar podría hacer con la flamante secretaria de Gobernación y a lo mejor la oculta un rato para luego reubicarla. Esa es solamente una posibilidad.
Bueno, ¿y quién entraría en lugar de la aún responsable de la política interna del país? También en este tenor fluyen comentarios y al parecer, en caso de que este cambio se concrete, estaríamos hablando del vicecoordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Alfonso Ramírez Cuellar, quien más de una vez ha demostrado no tener ni la más mínima “química” con el coordinador de los diputados guindas, Ricardo Monreal. Entonces, de un solo movimiento, Ramírez Cuéllar, quien se ha perfilado como uno de los más fieles soldados de la presidenta, estaría en un lugar en el que supuestamente le podría operar mejor a la jefa del Ejecutivo.
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