En una decisión que provoca polémica en México, en toda América Latina y en círculos académicos, Donald Trump anunció su intención de renombrar el Golfo de México como “Golfo de América”. Este movimiento, percibido como una muestra de ignorancia histórica y un gesto imperialista, es objeto de críticas de expertos e historiadores, incluyendo entre ellos al reconocido politólogo e historiador José Fernández Santillán, quien ofreció su perspectiva en entrevista con la Agencia Mexicana de Información (AMEXI).
El Golfo de México: Un legado histórico
El Golfo de México lleva este nombre desde los albores de la conquista y la colonización española, y posteriormente, durante el periodo del Virreinato de la Nueva España. Según Fernández Santillán, el nombre no sólo tiene un profundo significado geográfico, sino también histórico y político. Durante la época colonial, el territorio de lo que hoy es México abarcaba todo el litoral del Golfo, desde Florida y Luisiana hasta los actuales estados mexicanos de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Incluso tras la independencia mexicana, el nombre permaneció como un recordatorio de la influencia de México en la región. Fernández Santillán señala que “la nomenclatura de mares y océanos ha sido tradicionalmente una expresión del poder imperial. Así como el Imperio Romano llamaba al Mediterráneo Mare Nostrum (‘nuestro mar’), Trump busca imponer su visión imperialista al nombrar el Golfo de México como ‘Golfo de América’”.
La ignorancia histórica de Donald Trump
Fernández Santillán califica la acción de Trump como “una muestra de ignorancia histórica” y la enmarcó dentro del lenguaje imperialista que ha caracterizado su discurso político. “Donald Trump desconoce que, incluso en los mapas de la Nueva España del siglo XVIII, el Golfo de México ya estaba identificado con ese nombre debido a la extensión de los territorios del Virreinato”, afirma.
Además, este tipo de gestos no son nuevos en las relaciones internacionales. Fernández Santillán recuerda cuando, en el pasado, políticos intentaron cambiar nombres históricos para renegociar el significado simbólico de los espacios. Sin embargo, cambiar el nombre de una región geográfica no sólo ignora la historia, sino que también envía un mensaje agresivo a los países involucrados, en este caso en particular a México.

Un lenguaje cargado de simbolismo
El politólogo también analiza la dimensión política detrás del anuncio. Advierte que Trump usa el cambio de nombre como un gesto simbólico para reafirmar el dominio estadounidense en la región, una actitud que remite a la Doctrina Monroe y al expansionismo estadounidense. “Esto es una ofensa no sólo para México, sino para todos los países caribeños y latinoamericanos. Nombrar el Golfo como ‘de América’ busca establecer el dominio de Estados Unidos sobre la región, excluyendo a los demás países que también comparten estas aguas”, asegura.
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Implicaciones políticas de renombrar el Golfo de México
El anuncio de Trump llega en un momento de tensión en la relación entre México y Estados Unidos, marcada por problemas como la migración, la seguridad y las diferencias comerciales. Fernández Santillán explica que México no está preparado para enfrentar los embates diplomáticos y políticos de Trump. “Tenemos un servicio exterior debilitado y liderado por personas sin experiencia en la diplomacia de alto nivel. Esto es peligroso, porque Estados Unidos, bajo el liderazgo de Trump, no dudará en usar la fuerza política y económica para imponer su voluntad”, alerta.
Entre los retos más apremiantes, Fernández Santillán destacó:
- Migración: Estados Unidos intensificó las redadas y las deportaciones de migrantes indocumentados, lo que deja a México con una carga social y económica significativa.
- Declaración de grupos terroristas: Trump declaró a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lo que podría justificar una intervención militar en México bajo el pretexto de combatir el narcotráfico.
- Renegociación del T-MEC: Trump podría usar el tratado como herramienta de presión para obtener más concesiones de México.
La respuesta de México al intento de renombrar el Golfo de México
En cuanto a la reacción mexicana, Fernández Santillán señala que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador mostró falta de estrategia y de reflejos para responder a las provocaciones de Trump. Según el académico, la administración actual ya cometió errores graves al colocar a personas sin experiencia al frente de relaciones exteriores y de la embajada en Washington. “El contexto exige diplomáticos preparados y con experiencia, no improvisaciones que sólo agravan los problemas”, afirma.
Por último, Fernández Santillán también comenta sobre el futuro político de México y la posible reelección de Trump. “Con Trump, los próximos años serán complicados. Parece que López Obrador construyó un proyecto transexenal al colocar a Claudia Sheinbaum como su sucesora, pero con las tensiones internacionales y la falta de preparación diplomática, México podría enfrentar una severa crisis”, concluye.