CARTAS DESDE CHICAGO
ROGELIO FAZ
Chicago, Illinois. Los movimientos políticos que encabezan el mandatario Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México y el expresidente Donald Trump en Estados Unidos, no se basan realmente en valores democráticos, sino en arrogancias, egoísmos y venganzas.
AMLO dejará el puesto en los próximos meses, mientras que el empresario estadunidense tiene posibilidades de retomarlo por cuatro años más; pero ganen o no, seguirán siendo los motores de sus respectivos movimientos: el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y Make America Great Again (MAGA, que se traduce como Haz a Estados Unidos Grande Otra vez ).
Ambas mentalidades autocráticas encabezan movimientos poco confiables, son desestabilizadores. AMLO, con una supuesta transformación (que todos queremos), pero con todos los defectos que critica, y Donald Trump con MAGA, que arrastra al Partido Republicano a faltar a los principios básicos de congruencia y respeto.
¿Cuál es la alternativa?
Ambos son una amenaza a la estabilidad social apoyados por ‘su pueblo’, que rinde culto a la personalidad, pero que son completamente hostiles hacia cualquier expresión democrática que no sea la suya.
En México como en Estados Unidos, el pueblo moderado parece tener en el subconsciente un sentimiento confuso entre ser fiel a un personaje o a un proyecto democrático. Aunque las oposiciones estén muy limitadas.
Conflicto en el ADN
Los votantes de conciencia que no se animan a votar por el candidato(a) de oposición deberían al menos considerar cualquier alternativa que no les dé un voto incondicional a esos personajes inestables, maliciosos y desatinados.
En la medida en que AMLO y Trump tengan prioridades políticas más allá de sus propios caprichos personales, se está en peligro. Sus retóricas no coinciden con la estabilidad, al contrario, el enfrentamiento y el conflicto está en su ADN.
Los caos útiles
Andrés Manuel López se va con todo contra los ‘machuchones’ evasores de impuestos, cuando él por muchos años no declaró impuestos, porque supuestamente no tenía ingresos. Eso no tiene lógica, menos moral política.
Trump es duro con la inmigración, sin embargo saboteó un acuerdo fronterizo bipartidista que no era la mejor opción, pero concedía a los republicanos prácticamente todas sus demandas. Pero Trump quería un caos políticamente útil.
Es duro con la inflación, pero promete imponer a los socios internacionales aranceles que elevarán los precios a los consumidores estadunidenses. Un caos económicamente útil.
La causa no justifica
En EUA los principios y objetivos republicanos están siendo socavados en el altar de MAGA. En México, el andamiaje institucional construido por años contra corriente de la corrupción está siendo colapsado por la ineptitud de un líder que primero quiere su altar en la historia.
Aunque Joe Biden probablemente ya no tendrá habilidades y reflejos mentales que le aguanten otros cuatro años, no es un presunto criminal, un violador “civilmente responsable”, un demagogo divisivo o un aspirante autócrata, Trump es todo eso; no debería ni estar cerca del poder.
Como Ya Saben Quién, que seguirá después de salir de la Presidencia impulsando su megaproyecto transformador, aunque los cimientos se le estén desmoronando.
Para aquellos que comprenden esto, pero que por cualquier motivo no pueden votar por otras opciones, se entiende la lealtad a la causa, pero no se justifica.
Sugerimos una votación por escrito en la boleta que resalte un punto importante para una democracia de cuerdos.