En México, 27% de la población, aproximadamente 40 millones de personas, sufre de dolor crónico. Este problema aumenta con la edad y las mujeres son las más afectadas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). A pesar de su alta prevalencia, el dolor crónico sigue siendo un problema de salud subestimado. ¿Cuándo se convierte en una enfermedad grave?
Diagnósticos incorrectos sobre el dolor crónico agravan la situación
La coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Cuidados Paliativos de la UNAM, Nayely Vianey Salazar Trujillo, señaló que los diagnósticos y medicaciones erróneas son un problema grave. Quienes sufren dolor suelen acudir al médico de manera tardía y con tratamientos inadecuados.
Según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), una de cada cinco personas en el mundo padece dolor crónico. Este tipo de dolor, a menudo subestimado, puede derivar en consecuencias muy serias. Un estudio de Annals of Internal Medicine reveló que las personas con dolor crónico tienen un mayor riesgo de suicidio.
El dolor como síntoma de enfermedades graves
El dolor puede ser el primer síntoma de enfermedades graves, como cáncer, artritis, diabetes o fibromialgia. A continuación, se detallan algunos casos en los que el dolor debe considerarse como una señal de una enfermedad más grave:
- Dolor crónico: Dura más de tres meses o persiste más de un mes después de la remisión de la causa inicial.
- Dolor intenso y repentino: En la espalda, cuello o pecho, o dolor de estómago sin causa aparente.
- Dolor acompañado de otros síntomas graves: Como fiebre, vómito, convulsiones o dificultad para respirar.
¿Cuándo consultar a un especialista?
A menudo, las molestias corporales se perciben como algo pasajero y se tratan con remedios caseros. Sin embargo, algunos de estos dolores pueden ser señales de problemas más serios. Jorge Cervantes, ortopedista especializado en reconstrucción articular, indica que ciertos dolores comunes requieren atención profesional. A continuación, se describen los casos en los que debe consultarse a un ortopedista:
- Dolor en la espalda baja: Persistente, intenso o acompañado de debilidad en las piernas, podría ser un problema en los discos o nervios de la columna.
- Dolor en las rodillas: Relacionado con desgaste de cartílago o lesiones articulares. Si es recurrente, debe evaluarlo un ortopedista.
- Dolor en los hombros: Causado por lesiones, como el síndrome del manguito rotador o tendinitis. Si persiste con el movimiento del brazo, requiere evaluación.
- Dolor en manos y muñecas: Especialmente por movimientos repetitivos, puede indicar síndrome del túnel carpiano.
- Dolor en el cuello: Puede ser causado por malas posturas o hernia discal. Si se acompaña de rigidez o dolor irradiado, debe consultarse a un ortopedista.
- Dolor en los pies: Causado por fascitis plantar o juanetes, debe evaluarse si persiste y dificulta la marcha.
- Dolor articular: En codos, caderas o tobillos. Si afecta la movilidad, puede ser signo de artritis u otras condiciones inflamatorias.
- Dolor agudo tras una caída o accidente: Requiere una evaluación inmediata para descartar fracturas o lesiones graves.
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El dolor crónico y la importancia del diagnóstico temprano
Si el dolor persiste más de una semana, empeora con el tiempo o está acompañado de hinchazón, debilidad o pérdida de movilidad, es crucial consultar a un ortopedista. El diagnóstico temprano puede prevenir complicaciones mayores y mejorar la calidad de vida.